Sentido de Vida e Identidad

Motivación intrínseca y extrínseca
DR. JUAN BOSCO RUÍZ PADILLA MD PHP

A propósito del día del niño, quisiera hacerte esta pregunta ¿por qué hacemos, o dejamos de hacer las cosas? Pondera la respuesta en su justa dimensión, desde tu mirada, desde tu historia, y luego dale una leída a este texto, basado en el libro de Psicología Educativa de Woofolk. Disfruta, siéntete niña, niño, ámate y perdónate, que es parte del amor.

Te envío un abrazo con la ingenuidad de un niño.

Motivación intrínseca. Tendencia natural del ser humano a buscar y vencer desafíos, conforme perseguimos intereses personales y ejercitamos capacidades. No se necesita el incentivo ni castigos, porque la actividad es gratificante en sí misma.

Motivación extrínseca. Se hace para obtener algo como una calificación, evitar un castigo, agradar al profesor, o cualquier otra reacción que tenga muy poco que ver con la propia tarea. En realidad, no estamos interesados en la actividad, sólo nos importa aquello que nos redituará.

Importa saber si el locus de causalidad de la acción es decir, la ubicación de la causa, es interna o externa.

En realidad, no es tan minimalista como se lee. La motivación intrínseca o extrínseca, no son los extremos de un continuo, más bien son dos posibilidades independientes, y quizá, en un momento dado, estamos motivados por un poco de cada uno.

Cinco teorías generales de la motivación.

Enfoque          conductista.          La Recompensa es un objeto que se suministra como consecuencia de una conducta específica. El Incentivo, es un objeto que alienta o desalienta la conducta.

Enfoque humanista de la motivación. Carl Rogers. Se hace hincapié en las fuentes intrínsecas de la motivación como las necesidades de autorrealización, la tendencia de la autorrealización de Rogers y Freiberg, o la necesidad de autodeterminación de Deci y Ryan.

Enfoques cognoscitivos de la motivación. Se basa en la motivación intrínseca, por tanto, el comportamiento estaría determinado por nuestro pensamiento, y no sólo por el hecho de haber sido recompensados o castigados por el mismo, en el pasado. La conducta se regula mediante metas, planes, esquemas, atribuciones.

Teorías cognoscitivas sociales. Es una integración del modelo conductista y cognoscitivo, ya que toman en cuenta el interés de los conductistas por las consecuencias de la conducta, y el interés de los teóricos cognoscitivos, por el efecto de las creencias y expectativas individuales. La motivación se ve como el producto de dos fuerzas principales, las expectativas que tiene el individuo de alcanzar una meta, y el valor que esa meta representa para él.

Enfoques socioculturales de la motivación. Los seres humanos participan en actividades para mantener su identidad y sus relaciones interpersonales dentro de la comunidad.

Pirámide de Maslow

En la base de la pirámide, en el lugar de mayor prioridad, están las necesidades básicas o fisiológicas, que son la comida y el agua; hay incluso, quien defiende que en esta categoría también se encuentran las relaciones sexuales, pues son las que aseguran la supervivencia de la especie.

Una vez que las necesidades fisiológicas están cubiertas, en el siguiente escalón tenemos las necesidades de seguridad y protección, donde las más comunes son la necesidad de ropa y de vivienda, pero puede abarcar incluso cuidados médicos, asistencia en personas con algún grado de dependencia. Cuando nuestra necesidad de seguridad y protección está satisfecha, debemos enfocarnos en la necesidad de pertenencia, es decir, la necesidad de formar parte de una comunidad que va desde sentir que se nos quiere en nuestra familia, tener un grupo de amistades, trabajo, incluyendo la necesidad de encajar y poder compartir valores o incluso, cosas aparentemente superficiales.

En la necesidad de sentimiento del grupo, un nivel más arriba de la pirámide, tenemos la necesidad de prestigio. Ya sabemos que encajamos en nuestro entorno, pero ahora queremos destacar. A veces, buscamos satisfacer estas necesidades, a través de un desarrollo intelectual por encima de la media, un atractivo físico espectacular, o una casa más grande que la de los vecinos.

A partir de este punto es donde autores como John Whitmore, sitúan en el coaching como medio para ayudarnos a seguir avanzando. Aunque el coaching puede empezar a traer los beneficios mucho antes, pero ahí estamos más libres de otras preocupaciones, y nos podemos permitir enfocar en otros intereses.

El penúltimo peldaño de la pirámide, es la autoestima, y ésta aunque debe estar presente desde mucho antes, aquí cobra una especial importancia, porque estamos en condiciones tales que, nos permiten capacitar, desarrollar, y en definitiva,

convertirnos en la clase de persona que queremos ser.

Incluso, puede que llegados a esta fase, optemos por prescindir de la necesidad anterior, la de prestigio, porque descubrimos que la autoestima es la consideración de nosotros mismos, la que realmente importa.

Y finalmente, en la cima de la pirámide, tenemos la necesidad de autorrealización; si llegamos aquí, buscaremos cubrir nuestra curiosidad más trascendental, obtener respuestas más profundas. En esta fase, se encuentran nuestros valores, nuestra búsqueda del significado de la vida, y nuestra paz interior. Se trata de una necesidad más espiritual y no tan tangible como las anteriores.

Una necesidad satisfecha no motiva ningún comportamiento. Solamente las necesidades no satisfechas

influyen en el comportamiento y los encaminan hacia el logro de objetivos individuales.

El individuo nace con un conjunto de necesidades fisiológicas e innatas o hereditarias.

A partir de cierta edad, se comienza un aprendizaje de nuevos patrones de necesidades, como la protección contra el peligro, amenazas y contra privaciones.

Posteriormente, cuando se han controlado las necesidades

fisiológicas y de seguridad, aparecen otras, más elevadas, sociales, de autoestima y autorrealización.

Las más elementales, como comer o dormir, requieren un ciclo de motivaciones relativamente rápido, en tanto que las más elevadas, necesitan uno mucho más largo.

Bibliografía

Woolfolk, A. (2010). Psicología Educativa. Pearson Educación