Lex Médica

LAS REDES SOCIALES Y LA MEDICINA
Dr. Alonso Guido RamÍrez
SNTSA 37
9 mayo 2023

Las redes sociales (Social Networks Sites) se definen como un grupo de aplicaciones basadas en Internet que se desarrollan sobre los fundamentos ideológicos y tecnológicos de la Web 2.0, y que permiten la creación y el intercambio de contenidos generados por el usuario. “El término Web 2.0 está asociado a aplicaciones web que facilitan el compartir información, la interoperabilidad, el diseño centrado en el usuario y la colaboración en la red. Un sitio Web 2.0 permite a los usuarios interactuar y colaborar entre sí como creadores de contenido generado en una comunidad virtual, a diferencia de sitios web donde los usuarios se limitan a la observación pasiva de los contenidos que se ha creado para ellos (web 1.0). Ejemplos de la Web 2.0 son las comunidades web, los servicios web, las aplicaciones Web, las redes sociales, los servicios de alojamiento de videos, las wikis, blogs, etc.”.

En la mayoría de estas aplicaciones los usuarios construyen un perfil público o privado y generan una lista de “contactos” con los que comparten una conexión.

Aunque algunos pudieran pensar que las redes sociales solo tienen utilidad para compartir información personal, estas tienen una amplia y diversa aplicación en distintos ámbitos, incluida la Salud.

La Organización Mundial de la Salud, en 2009 en su Bulletin of the World Health Organization llamaba la atención sobre las potencialidades de las redes sociales para los trabajadores de la salud pública y las instituciones. Se señalaba que “hasta hace poco el modelo de comunicación predominante era de una autoridad a muchos (por ejemplo, de una institución de salud, del Ministerio de Salud, o de un periodista al público). Sin embargo, las redes sociales han cambiado el monólogo a un diálogo, donde cualquiera con acceso a las tecnologías de la información e Internet puede ser creador de contenido y comunicado”.

Las comunidades y redes que se establecen en Internet generan sociabilidad y relaciones entre sus miembros debido a que la red posibilita sobrepasar los límites físicos, permitiendo que personas con intereses similares se puedan conectar y establecer una relación. Cada vez es menor la sociabilidad de tipo comunitaria en ambientes físicos y tradicionales, y aparecen cada vez más relaciones interpersonales sin lazos físicos sino más bien intereses comunes. Este punto rompe con los paradigmas clásicos en salud ya que la sociabilidad digital actual se realiza al ámbito de una condición de salud que comparten personas procedentes de entornos muy distintos reunidas por la red y no en lugares físicos clásicos como hospitales, centros de salud, consultas médicas, etc. Se produce en redes sociales un fenómeno de contagio emocional que se genera entre personas con interés comunes. Estudios han mostrado que las publicaciones de algunas personas influyen positiva o negativamente en nosotros, lo que indica que el factor emocional está también muy presente en estos ámbitos. Otro aspecto interesante, que va en alza, es la utilización de Internet por los llamados movimientos sociales, utilizando la red como medio de acción y organización. Se está produciendo una transferencia de los movimientos sociales organizados en entornos físicos a entornos digitales, y las redes sociales se conforman como grandes medios catalizadores de este tipo de movimientos.

La incorporación de las redes sociales al ámbito de la salud ha tenido una evolución más lenta que en otros sectores. La salud es el valor más preciado por la población y precisamente por eso surge en ocasiones controversia al incorporar en su ámbito las redes sociales, dado que los valores en los que se basa la atención sanitaria (privacidad, confidencialidad, trato personal, y procedimientos formales) pueden colisionar con los valores abiertos subyacentes en las redes sociales.

La utilidad de las redes sociales para la Salud Pública no se encuentra sólo en potenciar la comunicación horizontal, sino que el análisis automatizado del tráfico de información compartida a través de ellas permite detectar patrones y comportamientos asociados a la búsqueda y suministro de información sobre salud. Esto puede aplicarse para la vigilancia en salud, la planificación de servicios sanitarios, el desarrollo de programas de intervención y de promoción de la salud, entre otros. Un estudio de Young SD. et al, publicado en Annals of Internal Medicine en el año 2013, mostró cómo la participación en comunidades de Facebook llegó a duplicar la petición de pruebas de VIH entre sujetos de riesgo. Moorhead A et al, en J Med Internet Res 2013, estableció seis beneficios generales de las redes sociales para la comunicación en Salud: incremento de la interacción con otros usuarios; información más personalizada; aumento de la accesibilidad a ésta; soporte emocional para los usuarios; vigilancia de la salud pública y, finalmente, potencial para influir en las políticas de salud. En el otro lado se identificaron diversas limitaciones, principalmente referentes a la falta de privacidad, heterogeneidad y de veracidad de la información

Los sistemas sanitarios y los profesionales de la salud, tendremos en el futuro que adaptarnos a estas herramientas digitales. La Salud no puede y no podrá, quedar al margen de los avances tecnológicos y las plataformas digitales. La necesidad de normativas específicas para establecer los márgenes de acción de la salud a nivel de redes sociales, la incorporación de las tecnologías en las mallas curriculares y la capacitación de los actuales profesionales; son puntos necesarios a considerar en el futuro de la e-Salud.

PRINCIPALES BENEFICIOS DE LAS REDES SOCIALES EN EL CUIDADO DE LA SALUD

  • Sensibilización

Las redes sociales son una forma clave de aumentar la conciencia pública sobre los problemas de salud nuevos, emergentes y anuales. Los hospitales reciben una notificación inmediata a través de Twitter y Facebook cuando ocurre un incidente trágico. Esto significa que están preparados para tratar a cualquier persona lesionada antes de que la tragedia se haya informado públicamente. Crear conciencia sobre fuentes creíbles hace que sea más fácil para sus seguidores contrarrestar las afirmaciones inapropiadas de las redes sociales sobre atención médica que ven en publicaciones de sus propias conexiones sociales.

  • Vigilancia de la Salud Pública

Si bien las redes sociales nunca deben reemplazar las fuentes de datos tradicionales por fuentes de datos de salud pública y vigilancia de enfermedades, las redes sociales tienen el potencial de proporcionar información complementaria. Los datos de interés de las redes sociales son un conjunto de comunicaciones en línea que promueven estilos de vida saludables, riesgos de enfermedades e intervenciones. Se encontró que los datos de Twitter relacionados con casos de resfriado común se correlacionan con los datos de influenza estacional recopilados por fuentes más tradicionales. Estas tendencias de las redes sociales pueden ayudar a los investigadores, epidemiólogos y profesionales de la salud a cuantificar los cambios en la conciencia de la enfermedad, así como los sentimientos hacia el tratamiento y la atención preventiva. Además, los datos de las redes sociales pueden medir la reacción a los mensajes y campañas de salud pública.

  • Conciencia general e información médica

Las personas han comenzado a usar Internet como un medio para diagnosticarse y buscar ayuda. Es posible que la información disponible no siempre sea auténtica, pero la mayor parte de ella aún brinda conciencia sobre los problemas de salud por los cuales las personas se apresuran a buscar tratamiento antes de que sea demasiado tarde. Las redes sociales brindan una oportunidad prodigiosa para que las organizaciones de atención médica generen conciencia sobre los problemas de salud más buscados, como la diabetes, las enfermedades cardíacas, las alergias y la medicina geriátrica. Los pacientes pueden buscar en las redes sociales información sobre médicos, hospitales y especialistas.

  • Apoyo de los compañeros

La idea de las redes sociales es conectarse con la gente. Cuando alguien está pasando por un momento difícil de enfermedad, el simple hecho de saber que hay muchas personas que han pasado por lo mismo o están experimentando los mismos problemas, brinda apoyo emocional al paciente. Se sabe que el apoyo social muestra resultados positivos para la salud, y algunos estudios muestran que el cumplimiento y la salud general del paciente mejoran cuando reciben el apoyo de la familia y los compañeros. Además de eso, las campañas de hashtags en Twitter y Facebook para donaciones de órganos y recaudación de fondos han ayudado a la gente. Además, las redes sociales ayudan a abrir conversaciones sobre problemas de salud mental.

  • Amplio alcance para el practicante

Las redes sociales son una gran herramienta para ampliar su alcance y expandir su práctica como profesional de la salud. Un médico local en un área rural remota puede encontrarse con un paciente con un conjunto inusual de síntomas y puede requerir la opinión de un especialista lo antes posible. Las redes sociales pueden servir como una forma efectiva de comunicación para que los médicos no solo amplíen sus conocimientos sino también su red médica profesional más allá de las fronteras geográficas. Una cosa importante a tener en cuenta es que, si las redes sociales no se usan con buen juicio y bajo consideraciones legales, pueden convertirse en una gran amenaza para la credibilidad del practicante. El médico debe conocer las reglas de su establecimiento para las redes sociales y también las regulaciones legales vigentes antes de publicar cualquier cosa.

Hasta ahora, solamente hemos puesto sobre la mesa los aspectos positivos del uso de redes sociales en medicina. Sin embargo, también hemos de hablar de sus partes no tan beneficiosas.

En primer lugar, es muy complicado diferenciar una fuente fiable de aquella que no lo es. Si bien existen fuentes verificadas o institucionales, cuya información acostumbra a no fallar, los perfiles personales de médicos cuentan con posibilidades amplias de ser falseadas. Al fin y al cabo, cualquiera puede poner en una red social que su profesión es la medicina.

Por otro lado, no existen en la actualidad voces representantes de la medicina en las redes sociales que puedan recomendar o aprobar la credibilidad de otros perfiles emergentes.

Por último, un contra de las redes sociales es la imposibilidad para diagnosticar una enfermedad. La recomendación debe ser siempre acudir a la consulta para realizar exploraciones físicas concluyentes. En definitiva, todo lo que puede hacer el médico a través de las redes sociales es aconsejar o, con mucho riesgo, hacer una aproximación de lo que podría sufrir el paciente.

Palabra de advertencia: manténgase seguro

Es importante implementar pautas de seguridad para sus canales de redes sociales de atención médica. Debe poder revocar el acceso de cualquier persona que abandone la organización. Si bien la mayoría de las personas que usan sitios de redes sociales tienen buenas intenciones, debe tener cuidado con la información que comparte y cómo la protege. Las personas pueden usar su información sin darse cuenta o intencionalmente para avergonzarlo, dañar su reputación o incluso robar su identidad. Las redes sociales brindan a los médicos herramientas para compartir información, debatir políticas de atención médica y problemas de práctica, promover comportamientos saludables, interactuar con el público y educar e interactuar con pacientes, cuidadores, estudiantes y colegas.