Lex Médica

Título del Artículo:
"El trabajador de la salud y el riesgo de
 enfermedades infecciosas adquiridas"
9 septiembre 2020

POR: DR. ALONSO GUIDO

El trabajador de la salud y el riesgo de
enfermedades infecciosas adquiridas

El trabajador de la salud se encuentra expuesto a diversas infecciones en el ambiente hospitalario, por lo que debe adherirse a los programas de prevención y control, ya que determinadas infecciones son prevenibles por vacunación. La inmunización del trabajador también es salvaguarda para los pacientes. En los Estados Unidos, por ejemplo, las recomendaciones del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunizaciones (ACIP) en relación al uso de agentes inmunizantes para el trabajador de la salud, recomienda lo siguiente: las inmunizaciones que son muy recomendadas por tener un aporte significativo son contra la hepatitis B, influenza, sarampión, parotiditis, rubeola y varicela. Otras inmunizaciones que pueden ser administradas son contra la difteria, tétanos y enfermedades neumocócicas en personas con 65 años o mayores. La vacuna antituberculosa bacilo de Calmette-Guérin (BCG) deberá ser considerada en aquellos sitios donde existe un elevado porcentaje de pacientes con tuberculosis resistente a isoniazida y rifampicina. También deberá aplicarse bajo las siguientes condiciones:

• Cuando la probabilidad de transmisión sea elevada en el ambiente hospitalario.

• Cuando la implementación de precauciones universales para el control de la infección no funcione.

Debe existir un registro de inmunizaciones para cada trabajador, que refleje las historias documentadas de la enfermedad y la vacuna, así como las inmunizaciones administradas durante cada empleo; cada registro debe ser actualizado. Constantemente los hospitales desarrollarán políticas y protocolos para el manejo y control de enfermedades prevenibles por vacunas.

La bata blanca, una posible fuente de infección

El vestir la bata blanca representa una forma de distinción en una parte del personal dentro y fuera del ambiente hospitalario, aunque realmente es un componente de protección para la vestimenta de calle del personal; lo mismo sucede con los uniformes. Sin embargo, existen recomendaciones sobre el cambio frecuente de esta prenda debido a que representa una fuente de contaminación microbiológica cruzada, y un elemento de contaminación nosocomial. Se han generado recomendaciones como el cambiar esta prenda cada tercer día y no usar la misma bata en aéreas de atención a pacientes. Trabajos de investigación al respecto han reportado que el pico de cuentas bacterianas es alcanzado al sexto día de uso de la bata. Gran inquietud ha causado en el trabajo hospitalario el aislamiento de SARM y Enterococcus resistente a vancomicina (VRE) que han contaminado las batas de personal médico y de estudiantes de medicina; las partes más expuestas a la contaminación bacteriana fueron las mangas y los bolsillos. Respecto a uniformes y otras vestimentas, las investigaciones han mostrado que los uniformes de las enfermeras estuvieron contaminados con bacterias Sthapylococcus spp. y Enterococcus spp., y que podrían sobrevivir en las superficies y textiles por semanas o meses.

La exposición frecuente del trabajador de la salud a material infeccioso comprende riesgos constantes que pueden ocasionarle infecciones adquiridas en el laboratorio y en hospitales. Ello implica daños a la salud, pérdidas de horas laborables y pagos por incapacidad. Evitar esto comprende la adopción de una serie de medidas de protección personal, como la bioseguridad en laboratorios, las precauciones universales como las inmunizaciones, la eliminación correcta del material biopeligroso y una adecuada salud mental. Otras medidas importantes y tan simples como el lavado de manos o el cambio frecuente de batas o uniformes en los hospitales serían de suma importancia en el control de las infecciones adquiridas en el laboratorio y en hospitales. En conclusión, el trabajador de la salud deberá identificar los riesgos de infección, relacionados a su trabajo e introducir medidas adecuadas de prevención. La capacitación y entrenamiento frecuentes en estos temas son recomendables para disminuir los accidentes, aparte del autofomento de una buena salud emocional.

“El trabajador de la salud y el riesgo de enfermedades infecciosas adquiridas. Las precauciones estándar y de bioseguridad”. Rubén Morelos Ramírez, Maritoña Ramírez Pérez, Guadalupe Sánchez Dorantes, Carolina Chavarín Rivera y Enrique Meléndez-Herrada.