Título del artículo: "Mi querido yo medico"
23 octubre
POR: DR. ALONSO GUIDO
Mi querido «yo medico»
Dra. Virginia Ruiz
Hoy, 23 de octubre de 2020, se celebra el día del medico en México, a propósito de tal celebración quiero compartir la siguiente reflexión de una compañera medica.
Puedo decir que desde que tengo uso de razón (a la temprana edad de los 7-8 años) supe que quería ser médico. Era mi sueño, mi ilusión y la profesión que yo siempre elegía cuando me preguntaban por lo que quería ser de mayor. Alcanzada la adolescencia mantuve ese mismo objetivo y traté de tener un buen expediente y una buena nota de selectividad para poder acceder a la Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona donde el corte de “numerus clausus” era alto.
Conseguí entrar. Mi sueño empezó a tejerse en realidad. Los dos primeros años estuve en Bellaterra y los siguientes los cursé en la Unidad Docente del Hospital Vall d’Hebró de Barcelona. Me licencié. Ese mismo año me preparé el MIR. Quería dedicarme a una especialidad relacionada con el cáncer. Conseguí un número que me permitió hacer Oncología Radioterápica en Barcelona y escogí el Hospital de l’Esperança donde me formé como especialista. Al acabar, viví la crisis post-olímpica y post-expo. Conocí el paro, los contratos “basura” y la precariedad laboral. Me recorrí media España entregando mi CV para encontrar un trabajo estable. Hubo un año que trabajé en 5 hospitales diferentes. Conocí la sanidad pública y la privada. Conseguí una interinidad y posteriormente en la última OPE del antiguo INSALUD logré (bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad) mi plaza de médico adjunto actual.
EL CAMINO COMO PUEDEN IMAGINARSE NO HA SIDO FÁCIL. No lo es para casi ningún médico, pues detrás de cada uno de nosotros hay una historia que contar. Hay mucho de esfuerzo, de espíritu de sacrificio, de días y noches en blanco de estudio o en vela en las guardias, de sinsabores por sentirnos incomprendidos por quien gobierna nuestros hospitales y también de dolor cuando el devenir de un paciente no ha sido como deseabas. Ser médico es como una larga carrera llena de obstáculos y caídas. Tienes que superarlos y levantarte cada vez que te caes. A veces las fuerzas flaquean o te sientes poco valorado.
Pero no, no voy a caer en el victimismo, pues ser médico para mi es ante todo un privilegio. Sí, sí que lo es. Un privilegio por contar con la confianza de los pacientes para que les ayudes, para que los acompañes en el camino de su enfermedad, para que te cuenten historias a veces emotivas, otras tiernas, en ocasiones conmovedoras, increíbles, duras… Sea como fuere, siempre aleccionadoras. No paramos de aprender de los pacientes y con ellos adquirimos la experiencia y la destreza para ser cada día un poquito mejores. También hay momentos muy especiales y momentos altamente gratificantes. Esa es nuestra fuerza que no debemos olvidar por muy mal que se pongan las cosas.
Hoy, que, debido a las condiciones actuales, es más difícil no caer en el victimismo, ocasionado por las exigencias de la pandemia que sufrimos, es momento de encontrar la fuerza suficiente en nuestro “yo medico”. Me es muy difícil enviar una felicitación a los compañeros médicos sin que esté acompañada de mi reconocimiento y solidaridad con cada uno de ellos por el difícil año que estamos atravesando. Un abrazo solidario también a los familiares de los médicos que han fallecido atendiendo a las victimas de la pandemia.